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Nombre: Stefanie DeYoung
Date: 09.06.2006
Time: 23:02
Hay varias escenas en El castillo de Otranto que dan la sensación de “lo extraño.” Cuando Manfred ve el joven Theodore vestido en armadura, él mira exactamente como Alfonso, el príncipe del Otranto en el pasado. Al principio, Manfred piensa que Theodore es un fantasma porque del semejanza entre los dos. También, Matilda se da cuenta de la similitud porque ella ha pasado mucho tiempo enfrente de la estatua del Alfonso. Según Freud, esto produce un sentimiento de “lo extraño” porque es un ejemplo del doble. Es algo familiar y hay una repetición de personas. Esta repetición revele como un señal del destino, también cuando cae el sangre de la nariz de la estatua de Alfonso. Según Freud, otra cosa que da la sensación de “lo extraño” al lector es cuando las cosas inanimadas adentre del castillo se mueven o hacen algo animado. En esta narrativa, cuando Manfred está cercando a Isabella, un retrato del abuelo de Manfred se mueve su pecho como está respirando. También, el yelmo gigante sube al nivel de las ventanas moviendo para atrás y para adelante. Otras veces en el cuento este yelmo actúa como hay una cabeza debajo. Las cosas inanimadas actúan como estuvieran vivas y esto produce “lo extraño” en el lector.