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Nombre: Darci Sale
Date: 10.10.2006
Time: 11:35
A lo largo de capítulo II, el narrador externo de La sombra se comunica con Don Anselmo como si la sombra estuviera viva, y hay un hombre verdaderamente intruso. Sin embargo, al principio del segundo capítulo el narrador pregunta: “¿es posible que la imaginación, por ardiente que sea, tenga fuerza bastante para dar cuerpo a una idea de este modo?” Es decir, el narrador quiere asegurarse de que Don Anselmo sabe que toda esta maravilla puede ocurrir, simplemente algo ficticio. El narrador está probando darle sentido a todo esto, mucho antes de suponer algo peor; que ya piense en este hombre como alguien con un problema de desorden mental. Aunque el narrador dice frases que indican que lo entiende, apunta interiormente a que todo el cuento es algo de ficticio. El narrador dice: “En verdad, es cosa inaudita que la imaginación, sin ninguna influencia externa, pueda dar vida y cuerpo a seres como ese diablo de Paris que a usted se le presento tan deshora. Es indudable que ese caballero no era otra cosa que la personificación de una idea, de aquella idea...” Y más allá el narrador habla con don Anselmo como si la sombra viviera, y él notó al final la sombra le tutea a Don Anselmo. Con esas preguntas del narrador, ¿Acaso no incita a don Anselmo a contar mas? Pienso que no es conveniente convencer a Don Anselmo para que cuente mas sobre su cuento, cuando el narrador internamente piensa que todo es una broma. El narrador dice: “Confieso que la narración del doctor Anselmo me iba interesando un poco, por pura curiosidad se entiende, pues no podría ver en ella realidad ni verosimilitud.” ¡Qué aradura es el narrador!. Don Anselmo habla en serio, y parece que el narrador piensa que todo es una broma y sus preguntas simplemente lo que consiguen es echarle mas leña al fuego.